La 41ª edición de la Fira del Llibre de València abrió ayer sus puertas en los Jardines de Viveros para ofrecer a los aficionados las últimas novedades del panorama editorial, así como un "refugio" ante la crisis, ya que el libro brinda una alternativa de "ocio barato y de calidad" que se ha consolidado, como demuestran las cifras de venta de ejemplares que han conseguido mantenerse a pesar de la coyuntura económica. Así lo aseguró la presidenta del Gremi de Llibrers, Glòria Mañas, quien recorrió las 79 casetas que este año integran el certamen junto a la consejera de Cultura, Trini Miró, y la alcaldesa Rita Barberá, a la cabeza. Mañas recordó que el sector "ya estaba en crisis desde hace unos años", por lo que esta coyuntura específica "no le ha afectado especialmente".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de abril de 2010