El título del editorial de EL PAÍS Egunkaria acaba bien me parece bastante desafortunado. Decir que "La primera y más importante conclusión que cabe sacar de la absolución de cinco directivos y periodistas del diario en euskera Egunkaria es el alto nivel de protección constitucional que los magistrados de la Sala Penal de la Audiencia Nacional otorgan a la libertad de información (...)", cuando esa sala es la que ha cerrado el periódico y ha tardado siete años en emitir la sentencia, contraviniendo la máxima de que la justicia para ser justa ha de ser diligente y rápida, además de ecuánime, objetiva, neutral e imparcial. Decir que "acaba bien", cuando lo que queda es un diario cerrado y una empresa desmantelada con sus obreros en la calle, suena un tanto cínico. Pero lo más preocupante es la cobertura más bien tímida de los medios -sin la menor autocrítica- y la ausencia de reacción de la ciudadanía ante semejante atropello.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de abril de 2010