No fue un acto institucional, sino personal y profundamente religioso. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, quiso ser uno de los primeros en tocar y venerar la reliquia de la Santa Faz, uno de los pliegos del sudario con el que la Verónica, según el rito católico, enjugó el rostro de Cristo en su camino hacia la cruz.
Camps, que tomó la comunión en la misa, estuvo acompañado por la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y la presidenta de las Cortes Valencianas, Milagrosa Martínez, junto con un reducido grupo de afines, como Juan Rodríguez Marín, Rafael Maluenda o David Serra. A la cita no acudió ningún dirigente del PP cercano a Ripoll.
Tras la misa, centenares de feligreses, aunque en menor afluencia de la que se esperaba, empezaron a tocar la Santa Faz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de abril de 2010