Se llama Gran Vía y la han traído desde Alemania para excavar la mayor parte del túnel -de 7,3 kilómetros- que unirá las estaciones de Atocha y Chamartín, lo que permitirá conectar todas las líneas de alta velocidad con origen o destino a la mitad norte con las de la mitad sur. La tuneladora, bautizada así por el centenario de la Gran Vía, comenzó ayer a trabajar. "La modernización y el impulso de la red ferroviaria en España no se pueden entender sin este nuevo túnel", dijo el ministro de Fomento, José Blanco. El ministro, que no admitió preguntas, anunció que este año se licitarán las obras para ampliar la estación de Chamartín, "la mayor transformación" en 30 años, que conllevará "más vías, más andenes, mejores accesos y más superficie".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de abril de 2010