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Reportaje:

Xàtiva se viste de época

La ciudad recrea su pasado histórico ligado a los Borja

Al segundo intento las nubes escamparon. Y Xàtiva se pudo vestir con las galas de su pasado histórico más reluciente, el ligado a la época y el legado de la familia Borja, con una vistosa recreación histórica cancelada en marzo a causa de la lluvia. La muestra, organizada por el patronato de turismo de la Diputación, pretendía relanzar la imagen turística de Xàtiva.

Una empresa especializada en este tipo de recreaciones, la Fragua de Vulcano, artífice en El Puig del recordatorio a la época de Jaume I, fue la encargada de revertir al pasado varios rincones de la ciudad gracias a un atrezo detallista y a la participación de 400 figurantes, entre soldadesca, mendigos, artesanos, posaderas, cuentistas, curanderos, bailarinas y miembros y personajes del séquito de los Borja.

Durante el sábado y el domingo, miles de setabenses y foráneos recorrieron gran parte del centro histórico, el castillo, y su arteria principal, la Albereda de Jaume I, convertida en un campamento militar. Esta zona, con el pavimento de arena y paja, fue tomada por tiendas de oficiales, caballos, soldados, contundentes salvas de artillería y arcabucearía y exhibiciones de aves rapaces. Allá donde es más visible el caudal patrimonial de la ciudad, el resultado de la ambientación resultaba más aparente, con los balcones y ventanas engalanados con mantos púrpuras y blasones, como en la señorial calle Moncada. O en las plazas de la Trinitat y del Mercat, un enclave porticado presidido por dos grandes retratos de los papas setabenses, Alejandro VI y Calixto III, que contextualizaban la cita junto al centenar de representaciones alusivas.

El inevitable mercado de aires medievales y diversas exposiciones completaban una ambientación que también se trasladó a la carta de algunos de los restaurantes de Xàtiva, con menús inspirados en la época. El buen tiempo contribuyó a una respetable afluencia de público. Y el traslado de fechas hizo que, durante unas horas, la recreación conviviera caóticamente con el tradicional homenaje a los Maulets de cada 25 de abril.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de abril de 2010