Ya podía la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, hablar del barrio valenciano de El Cabanyal, del Plan de Turismo Cultural, de la fusión de las sociedades estatales de promoción en el exterior de la cultura española o de que el Guernica no se mueve, que José María Lassalle, portavoz de Cultura del PP en el Congreso de los Diputados, seguía erre que erre: "Aseguró que el diálogo sería su método de trabajo. No ha sido así. Usted carece de política cultural de Estado. La tuvo Molina, su antecesor. Carmen Calvo tenía política cultural, pero no de Estado. Usted, nada de nada".
El ataque tuvo lugar durante la comparencia de la ministra en la Comisión de Cultura del Congreso. Allí, González-Sinde desgranó las líneas que España defenderá en el Consejo de Ministros europeos de Cultura en mayo: "Digitalización del patrimonio cultural europeo, oferta legal de contenidos por Internet, digitalización de las salas de cine e impulso de la iniciativa del Sello del Patrimonio Europeo [una especie de sello de calidad]". González-Sinde puso como ejemplo de esa apuesta internáutica el Museo del Prado: "Entran más visitantes en su web que en su edificio. El año pasado tuvo 2.800.000 visitantes físicos, y nos acercamos a su límite".
En cuanto a El Cabanyal, aseguró que el ministerio destinará todos los medios para salvarle. "Se pueden hacer muchas cosas antes que reducir El Cabanyal a una zona cero". Y propuso un panel de expertos internacionales y solicitar un informe al Parlamento Europeo.
A la ministra también le tocó defender la Ley de Patrimonio (no habrá nueva) y la de Economía Sostenible, la ley antidescargas: "No se bloqueará el acceso a ningún contenido sin la autorización de un juez". Lassalle, a lo suyo: "Mañana sólo se hablará de El Cabanyal y no del desfallecimiento interno de su ministerio". En esos momentos, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, acusaba a González-Sinde de prevaricar al ocultar un informe favorable a los derribos. La respuesta: "Nunca lo hemos hecho, y si la alcaldesa quiere ir a los tribunales, respeto su decisión".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de abril de 2010