El alcalde de Palas de Rei, Fernando Pensado, se ha fijado la fecha del 1 de junio para abrir a las visitas el Castelo de Pambre, que permanece cerrado al público desde hace 60 años. El Ayuntamiento gestiona ahora la contratación de "un seguro de responsabilidad civil a todo riesgo", después de acordar la apertura del inmueble con sus actuales propietarios, porque la fortaleza del siglo XIV se encuentra en estado de ruina. Los objetivos del gobierno local, según el regidor del Partido Popular, son "cumplir con la ley" que obliga a abrir a las visitas los Bienes de Interés Cultural, y dar vitalidad a las casas de turismo rural y los negocios de hostelería que hay en la zona.
El anterior titular, Manuel Taboada, conde de Borraxeiros, donó al morir el edificio a los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis (Vigo), y desde entonces, los religiosos negocian su venta con la Xunta por el valor de la última tasación que se realizó: diez millones de euros. Mientras no se resuelva este nuevo cambio de titularidad, no habrá obras de consolidación en el interior del castillo, que, según José Donaire, superior de los misioneros, se encuentra "en muy mal estado", tanto, que internarse hoy en él entraña "riesgos".
Dos personas harán de guías y no se cobrará entrada "de momento"
El Ayuntamiento de Palas no cobrará "de momento" entrada por visitar esta fortaleza feudal que no fue destruida por los Irmandiños. Contratará dos personas como guías y, antes de la apertura, pero "sin tocar" para nada la piedra, se limpiará la maleza desmadrada que rodea el edificio. En la visita, se verá el patio de armas, la capilla, la casa que había habilitado para sus estancias el conde de Borraxeiros y la torre del homenaje, aunque ésta, sólo desde abajo, porque se desmoronó la escalera de madera que había antes.
Desde que se conoció la noticia de que los misioneros habían heredado Pambre, la institución ha recibido cinco ofertas de particulares y empresas dispuestas a adquirir el inmueble. Hay interesados de Galicia, de Cataluña e incluso de Estados Unidos, entre ellos alguna firma hotelera. No obstante, según Donaire, los hermanos siguen prefiriendo a la Xunta, así que le han dado "un plazo razonable". El conselleiro de Cultura, Roberto Varela, anunció el mes pasado que su departamento está interesado y ha encargado una nueva tasación.
Los misioneros han propuesto cobrar el castillo a plazos, de forma que se aumentasen las aportaciones anuales de la Xunta a la institución benéfica. El primer pago, según Donaire, tendría que ser de 400.000 euros, "lo justo para ir tirando y además cubrir la deuda de 150.000" que arrastran los misioneros. "También necesitaríamos cambiar más de 100 camas que nos donaron hace 20 años, y construir talleres y un gimnasio" para rehabilitar a los internos, comenta el superior.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de abril de 2010