La política que practica el Partido Popular es sorprendente, llena siempre de contradicciones. Hay numerosos ejemplos en las hemerotecas donde lo que dicen es contrario a lo que hacen.
Cuando Zapatero propone la comisión para el pacto de Zurbano, Rajoy dice: "Que deje de marear la perdiz, de crear comisiones y se ponga a gobernar", y luego vota en el Parlamento a favor de las medidas.
María Dolores de Cospedal dice en Castilla-La Mancha que apoyará el tema del agua y luego se pone al lado de Camps y Valcárcel, traicionando a los castellano-manchegos. Esperanza Aguirre llama a la rebelión por la subida del IVA, que en muchos casos serán céntimos, y sube el transporte público en Madrid un 22%.
Piden un plan de austeridad y menos cargos públicos en el Estado y el Ayuntamiento de Madrid es el más endeudado de España, con 6.760 millones de euros, y los altos cargos han pasado de 483 en el año 2002 a 1.525 en 2010. Es insólito. Nos toman por tontos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de abril de 2010