La presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, me sorprende al utilizar la palabra "intolerable" para referirse a la supuesta campaña contra dicho tribunal. Creo que ella debería decir "constitucional" o "inconstitucional"; como mucho "legal" o "ilegal".
María Emilia Casas es del ala "progresista" de la judicatura. "Intolerable" me traslada a otros tiempos de autoridades autoritarias. El Constitucional y otros órganos judiciales en España están politizados (fidelidad al partido que les propone), están dogmatizados (fidelidad a sus respectivos credos personales), están mayoritariamente escorados a la derecha y, por si fuera poco, son incapaces de realizar el trabajo para el que se les paga (dos años llevan pelando la pava sobre el Estatuto catalán).
Si a ello añado lo que está sucediendo con Baltasar Garzón, no diré que la justicia es intolerable, ni repetiré aquello que le costó a Pedro Pacheco la inhabilitación. Más bien diré que la justicia en España es lamentable. Espero que vuecencia no considere "intolerable" mi opinión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de abril de 2010