Los sindicatos CC OO y UGT saldrán mañana a la calle, de nuevo unidos, para reclamar el desbloqueo de la negociación colectiva. Más de 650.000 trabajadores vascos se encuentran sin convenio. Cerrar esos acuerdos supone para ambas centrales un requisito indispensable para crear empleo estable y activar la economía, dos prioridades "absolutas" ante la crisis actual, "por encima incluso de la reducción del déficit".
No serán sus únicas reivindicaciones con motivo de la celebración del 1 de Mayo. Defenderán también el diálogo social y la mejora del modelo de protección, especialmente en lo que respecta a las pensiones y rechazarán la ampliación de la edad de jubilación.
Bajo el lema Inversión para crear empleo, garantía de protección social, los dos sindicatos de implantación estatal han convocado movilizaciones conjuntas en las tres capitales. La de Bilbao será la más madrugadora: partirá a las 11.30 del Sagrado Corazón con dirección al Arriaga. La de Vitoria comenzará media hora más tarde en la Virgen Blanca y de forma simultánea arrancará en Alderdi Eder la de San Sebastián. "Es importante que la participación sea masiva para reivindicar la fuerza sindical", destacó el secretario general de CC OO de Euskadi, Unai Sordo.
"Batalla ideológica"
Acompañado por Dámaso Casado, su homólogo de UGT, Sordo advirtió de que "se está librando una batalla ideológica de muchísimo calado sobre cómo salir de la crisis". En este contexto, dibujó a los sindicatos como garantes de la redistribución de la riqueza y de la democratización de las relaciones de trabajo. Frente a tal apuesta situó a quienes defienden "la avaricia y el interés" personal de las corporaciones, las viejas recetas que, a su juicio, han derivado en la presente crisis. De ahí su llamamiento a los ciudadanos para que se sumen a las marchas.
No sólo las centrales convocaron ayer a la sociedad de cara al 1 de Mayo. También lo hizo Aralar, aunque como reivindicación de un ámbito propio de decisión en las relaciones de trabajo. El vicecoordinador de la formación abertzale, Jon Abril, criticó que "con la excusa de la crisis" y a través de leyes que a menudo respaldan los sindicatos mayoritarios españoles, el Gobierno central quiere "eliminar los derechos logrados durante décadas" y reducir la "soberanía de Euskal Herria" en materia laboral.
Por ello, situó las movilizaciones de mañana como escenario para reclamar que los empleados vascos puedan "participar en los lugares donde se toman las decisiones".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de abril de 2010