La vicepresidenta Fernández de la Vega anunció ayer que la reducción de altos cargos en el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación se aplaza hasta que concluya la presidencia española de la UE, el 30 de junio. El argumento es razonable, pues no parecía lógico abordar dicha reorganización en la recta final de la presidencia. Sin embargo, eso ya se sabía el pasado día 13, cuando saltó el rumor de que se planeaba suprimir la Secretaría de Estado de la UE y Moratinos, sin confirmarlo ni desmentirlo, se limitó a señalar que el Gobierno trabajaba en una reorganización y él no había "trasladado aún ninguna propuesta sobre la disminución de altos cargos".
De todos los ministros, Moratinos fue quien con menos recelo acogió la demanda de recortar gastos. Su objetivo era aprovechar la ocasión para rediseñar el organigrama de su departamento. En sus planes estaba reducir las cuatro actuales Secretarías de Estado y suprimir alguna Secretaría General. De la fusión saldría reforzado el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ángel Lossada, su hombre de máxima confianza. Sin embargo, un factor imprevisto ha venido a complicar dichos planes. Lossada sufrió el pasado día 23 un aneurisma cerebral en Tenerife y, aunque su evolución es optimista, se mantiene la incertidumbre sobre cuándo estará plenamente recuperado. Con una Secretaría de Estado temporalmente vacante, suprimir alguna otra habría dejado mermada la cúpula del ministerio. Dejar la remodelación para julio tiene una ventaja adicional: coincidirá con el relevo de muchos embajadores a quienes se prorrogó en su puesto por la presidencia de la UE.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de mayo de 2010