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CARTAS AL DIRECTOR

Soberanía

Vamos a ver: si Grecia, como país soberano que es, aceptara reducir el déficit tal como se lo exigen, pero lo hiciera de distinta manera -suprimiendo sus Fuerzas Armadas, aumentando los impuestos a los ricos, a la banca y a las transacciones dinerarias, y otras medidas que con seguridad muchos otros economistas que los de siempre podrían sugerir-, ¿no cumpliría igualmente con su palabra, pero sin castigar a su pueblo, inocente de la salvaje depredación que le quieren imponer? ¿No sería aceptable ejercer la soberanía de ese modo? O sea: yo, de puertas adentro de mi casa, actúo como creo más conveniente. No aceptar una forma tal de actuar sería la prueba palmaria de que hay efectivamente una concertación financiera / política para apropiarse del esfuerzo económico de todo un país, y de los que vengan luego. ¿Dónde están los estadistas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de mayo de 2010