Un banco griego, con alguno de los 17.000 millones de liquidez que el Estado griego va a inyectar en su sistema financiero, le da dinero prestado al 8,5% al comprar bonos a 10 años. Ese mismo banco, al día siguiente, pide dinero prestado al BCE, que le cobrará el 1%, y este, además, aceptará esos bonos basura como garantía. Consecuencia, beneficio de 7,5% y gratis. Un ciudadano griego, quizás empleado del anterior banco, sufre un aumento del 4% del IVA, se le aumenta la edad mínima de jubilación, incremento de años cotizados, ampliación de la base de cotización... A su hermano, que es funcionario, además le eliminan dos pagas extra. A su padre, pensionista, también le quitan dos pagas extra pero, sonriente, se va a la Iglesia a dar gracias a Dios por estar jubilado. A su primo... Bueno, para los gobernantes europeos todos los griegos son unos primos, menos los bancos... que para muchos, son unos listos. Si llega el caso, ¿hablaremos de mis primos españoles? Aviados vamos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de mayo de 2010