Cuatro días después de crear conmoción en el PP con su frase ("Camps será el candidato, diga la justicia lo que quiera"), Mariano Rajoy corrigió ayer el tiro. Pero no en público, sino a puerta cerrada.
El PP difundió el discurso del líder ante la dirección y canceló la habitual rueda de prensa. Entonces no dijo nada. Pero cuando se apagó la señal, admitió que había sido una frase "desafortunada" y prometió: "No volverá a ocurrir". En el PP se extiende la preocupación ante el futuro de Camps -el Supremo decide mañana si reabre el caso de los trajes- y el apoyo de Rajoy. Antes de que el líder corrigiera la frase, tanto Fraga como Feijóo la habían criticado en público.
El comité ejecutivo confirmó la elección de José Manuel Romay como nuevo tesorero, supo por Ana Mato que el PP ha llegado a 800.000 militantes y aprobó una nota de crítica a la presidencia española de la UE. Sólo habló Antonio López Istúriz para recalcar el fracaso de la presidencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de mayo de 2010