Es incomprensible que Cataluña con un 17% de la población del Estado español, y aportando en impuestos un 25%, prácticamente no tenga funcionarios en los aparatos del Estado (abogados del Estado, diplomáticos, militares, inspectores de Hacienda...).
Formalmente los concursos son abiertos a todos, pero los hechos muestran contradicciones. España no admitiría que todos los funcionarios de la UE fueran franceses por ejemplo. Son datos objetivos que demuestran que la relación de Cataluña con el Estado no está integrada por mucho que diga la Constitución.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de mayo de 2010