El entusiasmo comprador del pasado lunes no tuvo continuidad en esta última sesión y la Bolsa española sufrió una corrección importante que, en algunos momentos, llegó a ser del 6% en el Ibex 35.
La euforia de los primeros momentos ha dado paso a la evaluación de las exigencias planteadas a los países beneficiarios del plan de ayuda y, aunque todo el mundo sabe que nada resulta gratis en las finanzas, el cálculo de los costes causó algunas preocupaciones.
El Ibex 35 abrió la sesión con un ligero descenso que ya dejaba entrever la ausencia de órdenes compradoras. Los inversores que trataban de deshacer posiciones dominaron muy pronto el panorama y el Ibex 35 fue perdiendo altura poco a poco hasta llegar a caer a 9.731,30 puntos, con un recorte del 6%. La corrección parecía ajustarse a los excesos de la víspera, con lo que, a pesar de la cuantía, nadie parecía asustarse y el mercado encontró cierto equilibrio en esos niveles de precios. Al final de la sesión, y gracias a una apertura positiva en la Bolsa de Nueva York, el Ibex 35 cedió el 3,32%, con lo que conseguía mantener el nivel de los 10.000 puntos y la incógnita sobre lo que pueda suceder en los próximos días.
La mayoría de las respuestas de los mercados de la eurozona se ajustaron a este guión, aunque destacaba el avance de la Bolsa de Francfort tras el revés electoral de la coalición gobernante. Otra curiosidad de la jornada estaba en los avances de la Bolsa de Nueva York, donde se olvidaba el terremoto de la pasada semana gracias al plan para estabilizar el euro.
En el mercado español la mayor parte de la atención seguía concentrada en el sector financiero, que puede ver sus carteras descargadas de algunos activos preocupantes, pero que tendrá que hacer frente en un futuro inmediato al plan de ajuste, es decir, a un recorte en los gastos estatales y autonómicos que restarán flexibilidad a la economía para tomar el tren de la recuperación.
En su aspecto más técnico, el mercado ha recuperado los niveles del movimiento lateral que mantiene desde hace varias semanas, aunque ahora la volatilidad es más elevada al tener constancia los inversores de la fragilidad de algunas posiciones. La inyección de liquidez al eurosistema es una solución a corto y medio plazo, en tanto las economías reajustan sus cuentas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de mayo de 2010