Después de comprobar la exitosa y ejemplar intervención médica que ha tenido nuestro Monarca, considero que su trato médico responde, perfectamente, a cuál debería ser el trato que debemos tener todos los habitantes de nuestro país en una situación similar, independientemente de nuestra condición económica, social o de origen dentro de un hospital público. La selección de los mejores profesionales, la rapidez en las pruebas, la dedicación en su estudio y celeridad en la intervención deberían de ser la tónica general en cualquier situación grave o muy grave de cualquier paciente dentro de la sanidad pública. Por tanto, insisto, la intervención del Rey ha supuesto un referente nacional para que todo el sistema público español lo adquiera como modelo. ¿O acaso no se quiere mejorar la sanidad pública.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de mayo de 2010