La celebración de la victoria barcelonista acabó, como viene siendo habitual, con disturbios provocados por una minoría de aficionados que se enfrentó con los Mossos d'Esquadra. Agentes de paisano -en la imagen, vestidos con camisetas azulgrana- practicaron varias detenciones tras registrarse destrozos en el mobiliario urbano y en diversas tiendas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de mayo de 2010