Lo de Alan Sparhawk al frente de sus Retribution Gospel Choir es un claro ejemplo de lo que a veces ocurre con los pasatiempos paralelos, que adquieren tal dimensión que acaban por mirar de tú a tú a su banda madre, e incluso se granjean nuevos adeptos. El proyecto comenzó como una válvula de escape para dar rienda suelta a toda la tensión eléctrica que no puede habitualmente desatar junto a su mujer, Mimi Parker, al frente de los ascéticos Low, posiblemente la banda que mejor perfiló los contornos del slowcore, un estilo caracterizado por su extrema ralentización de los tempos. Lo que allí es tensión contenida, en Retribution Gospel Choir es furia desatada, actualizando con conocimiento de causa el legado de Neil Young & Crazy Horse y otros prebostes del más vigoroso rock de los setenta. La guitarra al servicio de riffs robustos, solos enmarañados entre alambres de alta tensión y melodías ensoñadoras. Pero, pese a la divergencia, hay un sustrato común, inherente a todo lo que toca Sparhawk: su férrea determinación, de arraigo casi espiritual, por tocar en directo música salida directamente del estómago, en un agotador ejercicio de entrega sin impostura alguna, para el que es irrelevante que haya delante varias decenas de personas o miles de ellas. Sencillamente atronadora fue la hora larga que despachó el imponente trío en Castellón, refrendando la sensación de que los surcos de sus dos majestuosos discos adquieren pleno sentido cuando se traducen sobre un escenario, por modesto que sea. Un alarde de intensidad sin resquicio para el relax, sudoroso y extenuante, que dejó a todo el mundo más que satisfecho.
RETRIBUTION GOSPEL CHOIR
Alan Sparhawk: voz y guitarra; Steve Garrington: bajo; Eric Pollard: batería. Sala Four Seasons. Castellón, martes 18 de mayo de 2010.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de mayo de 2010