José Carpena Soriano, hombre que recorrió la historia del teatro del siglo XX como programador, actor, técnico y productor, falleció el pasado viernes en Madrid a la edad de 88 años. Natural de Yecla, (Murcia), donde nació el 2 de diciembre de 1921, cursó estudios hasta que estalló la Guerra Civil española, momento en el que se trasladó a vivir a Valencia con toda su familia.
El primer teatro que pisó en su vida fue el Eslava de Valencia para ver La otra honra de Jacinto Benavente y no es hasta que termina el servicio militar que entra a formar parte de un grupo artístico (Micalet), en el Teatro Principal de Valencia. Allí actuaba la popular compañía de Enrique Rambal, surgió una sustitución y entró para hacer el meritoriaje (seis meses), donde conoce a Nati Mistral (entonces Navidad Macho). Con esta compañía formó parte en siete montajes.
En el Muñoz Seca de Madrid se puso su nombre a una butaca
A partir de ahí Carpena empezó a volar solo como actor en numerosas compañías, entre ellas La Máscara, la de Mari Carrillo y Guillermo Marín, el Teatro de Cámara de Barcelona y la Compañía del Teatro María Guerrero dirigida por Luis Escobar. En el año 1966 pasa al Teatro de la Zarzuela, e interviene en once títulos. En el cine participó en Las salvajes en puente San Gil.
Al terminar las Campañas Nacionales de Teatro pasa a las oficinas de Manuel Collado como director técnico, encargándose de los montajes y giras de todos los espectáculos que producían y dirigían Manuel Collado y José María Morera, promocionando los espectáculos en las plazas más importantes de España durante las décadas de los setenta y de los ochenta del pasado siglo.
Como empresario teatral y programador trabajó con Antonio Garisa, Francisco Valladares, en La señorita de Tecna, de Mario Vargas Llosa; Va de retro con Fermín Cabal; con Antonio Gala, en Anillos para una dama. Entre los autores que programó estaban, entre otros, Ibsen, Dario Fo, William Luce, Zorrilla Mihura, Arthur Miller e Ingmar Bergman. Carpena, quizá sea de los pocos hombres que ha logrado relacionarse con la totalidad de la profesión teatral desde los años cuarenta.
Recibió entre otros galardones el Premio Ercilla de Teatro, así como el de mejor director técnico por Equus, y también el de mejor programador del Teatro Arriaga, y del Palacio Euskalduna. En el Teatro Muñoz Seca de Madrid hace menos de un año se puso su nombre a una butaca como homenaje de la profesión y de Enrique Cornejo a su trayectoria.
Carpena, hombre amable que conocía a la perfección su trabajo, conseguía hacer feliz a los responsables de los espectáculos que elegía para programar, porque significaba que la gira iba a ser un éxito, ya que su prestigio hacía que se colocaran en numerosos e importantes teatros de toda España. El actor, programador y productor fue incinerado el sábado por la tarde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de mayo de 2010