Todos los países que más directa y cuantiosamente se han visto afectados por las consecuencias de la crisis financiera, y que al mismo tiempo son los que están protagonizando los titulares de los medios, tienen una única obsesión: la imperiosa necesidad de generar ingresos y recortar gastos.
Para conseguirlo, y no solo España, se están elevando los impuestos existentes e implantando nuevos, que en su mayoría van a afectar a los niveles económicos más altos. Por tanto, no puede decir la derecha española, que somos la comparsa de la Unión Europea ni el criado de Estados Unidos, porque las habas las están cociendo en todos los santuarios del capitalismo liberal. Sin embargo, queda por hablar de una actuación que sí es importante y que, en caso de que se deje, consistirá en la mayor válvula de escape para que las grandes fortunas se refugien como son los tan conocidos paraísos fiscales.
¿Por qué estos Gobiernos no aúnan sus esfuerzos para hacerlos desaparecer? La entrada de ingresos se vería muy reforzada si se pudiera ejercer una fiscalización sobre esas fortunas, la mayoría irregulares, que ni tributan ni participan en la generación de recursos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de mayo de 2010