En España se ha gastado más de lo que se tenía y se ha pretendido vivir como no se podía. Por eso me llama tanto la atención la actitud del presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, respecto al tema de los recortes presupuestarios que afectarían a las obras del AVE. Dice que sería "una ofensa" tener que ir a Bilbao para llegar a Madrid en un tren de alta velocidad. Pero ¿forma parte de nuestros derechos la alta velocidad?, ¿es tan necesaria y urgente? Hace apenas unos años se inauguró la autovía a la meseta, la línea del tren Alvia conecta Cantabria con Madrid dos veces al día en cuatro horas y media, al menos tres autobuses diarios, dos compañías de avión hacen el trayecto dos veces al día desde Parayas (una de ellas, subvencionada, ofrece billetes por siete euros).
Me parece un ejercicio de irresponsabilidad exigir con tal vehemencia algo innecesario, carísimo y hacerlo además a menos de dos años de unas elecciones, con clara actitud electoralista. Convendría que nuestros políticos mantuviesen una actitud más global, más responsable y que no incurrieran una vez más en los errores que nos han conducido a esta crisis. El AVE no es necesario para Cantabria, así de claro, no es una prioridad ni debe serlo. Convendría una reflexión profunda sobre nuestros hábitos para alcanzar una fórmula más equilibrada y sostenible.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de mayo de 2010