Aíto García Reneses propone y el Regal Barcelona dispone en una semifinal que, a través de episodios muy diferentes, llega por ahora a la misma conclusión: la inexorable supremacía del campeón. Cuando no abruma con una lluvia de triples, percute con su batería de pívots; cuando pierde el hilo porque la defensa del Unicaja le encasquilla, Navarro o el héroe de turno, Vázquez en este caso con 13 puntos y siete rebotes, desequilibran; cuando no rompe Ricky Rubio, lo hacen Morris con siete puntos y 12 rebotes, o Mickeal con ocho puntos y 10 rebotes, o Lakovic o Ndong, con un mate a una mano sensacional. De manera que el Unicaja, tras haber jugado dos aceptables partidos en el Palau, no ha sacado otra cosa en claro que la convicción de que en el Martín Carpena, con menos altibajos, será capaz de sacar mayor rédito.
BARCELONA 71 -UNICAJA 58
Regal Barcelona: Rubio (4), Navarro (16), Mickeal (8), Lorbek (1) y Ndong (8) -equipo inicial-; Basile (0), Lakovic (9), Vázquez (13), Morris (7) y Grimau (5).
Unicaja: Cook (4), Neal (6), Jiménez (3), Printezis (6) y Archibald (9) -equipo inicial-; Rodríguez (8), Welsch (0), Dowdell (2), Rubio (2), Freeland (11), Freire (0) y Blanco (7).
Árbitros: De la Maza, Pérez Pérez y Redondo.
Unos 6.500 espectadores en el Palau Blaugrana.
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Tres triples de entrada (9-0) no hicieron desistir al Unicaja, que, con un efectivo marcaje de Jiménez a Mickeal, logró bloquear el ataque del Barça y cerrar el primer cuarto con ventaja: 12-13. No se hizo esperar la respuesta azulgrana que, una vez activada la conexión entre Ricky y Vázquez y apretadas las tuercas en la defensa, desbloqueó la situación. Arrasó (28-10) en un segundo cuarto en el que llegó a contar con 19 puntos de ventaja y destrozó la zona defensiva que tan buen resultado le dio al Unicaja en el primer partido.
El Unicaja subió su intensidad atrás en el tercer cuarto, pero el Barça volvió a arruinarle al cuadro malagueño, que se quedó sin ninguna posibilidad de triunfo. Los de Aíto, contra las cuerdas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de mayo de 2010