La música del compositor Wim Mertens es familiar a los gallegos porque el artista belga suele prodigarse por estas latitudes y también porque una de sus composiciones más reconocibles, Struggle for pleasure (1982), lleva dos décadas sonando en muchos hogares gallegos a través de un programa veterano del canal autonómico, aunque el público que el pasado viernes rozó el lleno del Teatro Caixanova de Vigo para disfrutar de su concierto poco o nada tiene que ver con la audiencia tipo de la sección, dedicada a la información agrícola.
Entregados al virtuosismo del ídolo y de su cuarteto de cuerda, los entusiasmados seguidores pasaron por alto los sudores del técnico de sonido en correspondencia con los desvelos de Mertens, quien se revolvía en su asiento junto al piano tratando de esquivar el desconcierto provocado por los acoples y los crujidos de alguna mala conexión en el cableado que en muy contados momentos quisieron aguar la fiesta al meticuloso artista. Y no lo consiguieron. Tanto los nuevos temas del disco Zee versus Zed (2010), como los clásicos que defendió impecable, pusieron en pie al auditorio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de mayo de 2010