Desde los años setenta las Terres de l'Ebre han estado en pie de guerra defendiendo el río Ebro ante Gobiernos de todos los colores. En el año 2000, el Gobierno de Aznar quiso imponer un Plan Hidrológico Nacional y la Plataforma en Defensa del Ebro organizó la resistencia. Los partidos rivales del PP vieron la oportunidad de hacerle daño, y la prensa afín a estos partidos caldeó el ambiente y convocaron manifestaciones. Así, en Barcelona, el 25 de febrero de 2001, la marcha "Por una nueva cultura del agua" reunió una marea humana de 300.000 personas.
El Gobierno de Zapatero se hizo eco de las movilizaciones y derogó el PHN. Pero las cosas no han cambiado tanto como podríamos imaginar: el Gobierno socialista y el tripartito catalán han seguido la política de trasvasar agua. No han hecho un gran trasvase impopular, pero sí múltiples minitrasvases que en conjunto pueden llegar a ser tanto o más dañinos. Por eso la Plataforma en Defensa del Ebro y más de 100 entidades han convocado otra manifestación en Barcelona hoy domingo para pedir al Gobierno español que cumpliera las directivas europeas sobre el agua y que fijara los caudales mínimos de los ríos -en especial el Ter, el Segre y el Ebro- por el gran peligro de sobreexplotación de las aguas, que puede hacer desaparecer el Delta del Ebro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de mayo de 2010