La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, avisó ayer de que no hay dinero para invertir en los barrios de la ciudad, "ni un euro", dijo. Se lo adelantó a la presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la ciudad, María José Broseta, con quien se reunió, y se lo trasladó más tarde a los medios de comunicación. La culpa, explicó, la tiene el Gobierno.
El decreto que aprobó el Ejecutivo la semana pasada impedirá que los ayuntamientos pidan créditos a partir del año que viene, lo que significa, según Barberá, que unos 17.200 millones de euros en inversión pública desaparecerán de España. El PSPV-PSOE respondió que el culpable, en todo caso, es el consistorio y "su mala gestión en 19 años de despilfarro". El edil socialista Juan Ferrer instó a la alcaldesa a que "cese en su intento de utilizar el decreto del Gobierno para justificar el agujero negro de las finanzas municipales".
Barberá, que charló con María José Broseta tras su reelección como presidenta de la Federación de Vecinos, comentó que intentará proteger las políticas sociales en los presupuestos de los próximos años. Broseta coincidió con la primera edil al respecto y le trasladó además un par de peticiones referentes al funcionamiento de las juntas de distrito y a las competencias de la ciudad sobre su litoral. Nada más. La presidenta aclaró más tarde que pensaba que la reunión sería corta (duró hora y media larga) y que próximamente y pese a la negativa de la alcaldesa a invertir en los barrios el año que viene, le trasladarán las necesidades de gasto en los distritos de la ciudad.
El Cabanyal y el circuito
Barberá tuvo tiempo además para acusar a la Asociación de Vecinos de El Cabanyal-Canyamelar de manipular y mentir, por el comunicado que enviaron el lunes. Los vecinos denunciaron entonces que el Ayuntamiento no da licencias de actividad en todo el ámbito del plan de rehabilitación y reforma interior (PEPRI) del barrio, que abarca una zona más amplia que la propia ampliación de Blasco Ibáñez, donde se han producido los derribos. En algunos casos, explicaron, se han denegado licencias a menos de 100 metros de donde pasarán los coches de fórmula 1. Barberá dijo ayer que el circuito está a un kilómetro del ámbito del PEPRI. Los vecinos respondieron que a 700 metros, y no a un kilómetro, está la zona de ampliación de Blasco Ibáñez por el barrio y que el trazado dista unos 25 metros del ámbito del PEPRI. Vicente Gallart, de la asociación vecinal, criticó además que "no es que tramiten licencias y luego no las den, es que la junta municipal, antes de presentar nada, nos avisa de que no nos la van a dar".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 2 de junio de 2010