Al ojo, el platillo parece el nido de un mirlo. En el paladar, la reedición de la tapa de butifarra con cebolla se derrite con rapidez. Esta idea de Rubén Oliver, chef del Xop d'Or, fue ayer la ganadora en un concurso organizado por el Consistorio, el gremio de restauración y el grupo Damm. Barcelona ya tiene su tapa insignia.
A la convocatoria respondieron 40 restaurantes. Con ellos se dibujó un mapa de tapeo y del 27 al 30 de mayo el público degustó las tapas concursantes. Se vendieron 25.000 y el mapa fue descargado de Internet 44.000 veces, explica el gremio.
La ganadora se aleja de lo que alguien esperaría que le pusieran en un bar. Su creador lleva dos años en el negocio y a sus 27 cree que el posible éxito de su hijo va más allá del sabor. "Es un producto de bajo coste", dice Oliver. La base del platillo es un nido de patata. Arriba, una bola de cebolla pochada y caramelizada, la mousse de butifarra negra y un huevo de codorniz. Sobresale el contraste entre la base crujiente y la suavidad del resto. Está en el menú, en Paral·lel, 204.
Las otras dos tapas ganadoras son las de Can Xurrades (Gran de Gràcia, 57) y El Reloj (Via Laietana, 40). La primera obtuvo el reconocimiento por su utilización de la cerveza en la receta. El chef Rafa Martínez la usó para aromatizar la butifarra troceada. La segunda, la del público, es una tempura de langostinos con pesto y chile de gamba, servido en un vaso. José Manuel García, su creador, dice que buscó "hacer algo sencillo".
El nido reinará hasta el otoño, cuando se espera volver a convocar a los restaurantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de junio de 2010