La vigesimotercera promoción de ingreso en la Ertzaintza ha recibido la inscripción de 4.052 candidatos para 140 plazas, lo que supone una media de casi 29 aspirantes por puesto. Es la mayor tasa registrada en la historia de la policía autonómica, un récord que, a juicio del Gobierno vasco, evidencia "el atractivo que la profesión ha ganado durante los 10 últimos años entre los jóvenes" pese al problema añadido que para los agentes representa en Euskadi el terrorismo de ETA.
La ratio triplica la de la última promoción, en parte debido a que el plazo de inscripción permaneció abierto durante casi todo el mes de mayo, pero también porque el Ejecutivo autónomo amplió el límite de edad para los aspirantes en tres años, hasta los 35. Se trata de una medida que, en atención a una demanda de los sindicatos, se fijó precisamente para atraer a más candidatos. Según argumentó en su momento el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, "la gente sigue siendo joven a esa edad", y "quien no esté preparado suspenderá igualmente las pruebas".
Las plazas ofertadas están destinadas a cubrir las vacantes registradas en el cuerpo durante los últimos meses, con el objetivo de consolidar la plantilla efectiva de 8.000 agentes con la que se comprometió Ares al inicio de su mandato. Es en cualquier caso una cifra insuficiente para los sindicatos, que reclaman un mínimo de 8.700 policías para hacer frente a las necesidades actuales. Las cargas de trabajo y el absentismo son dos de las principales causas de malestar laboral en la Ertzaintza.
En los últimos años se han retirado agentes de las calles para dedicarlos a las crecientes tareas administrativas. La llegada de los socialistas al Gobierno vasco, además, propició un cambio de estrategia que primó la lucha antiterrorista, a la que se han destinado medio millar de policías. Los resultados han avalado la apuesta, con la detención de varios etarras y la eliminación de símbolos que suponían apología del terrorismo. Esta misma semana, la Ertzaintza ha retirado carteles y fotografías de presos en cuatro bares de la localidad guipuzcoana de Rentería.
Pero la unidad de Seguridad Ciudadana ha sido la pagana de la línea estratégica marcada por Ares. Tanto es así que algunas comisarías, como las vizcaínas de Ondarroa y Sestao, han llegado a trabajar con solo una patrulla operativa en determinado turnos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de junio de 2010