La Moma hizo honor ayer a su fama de ser una de las figuras más emblemáticas del Corpus valenciano. La representación de la Virtud combatiendo a los siete Pecados Capitales llenó por la mañana los alrededores de la catedral y de la basílica de la Virgen de Valencia, durante la celebración de la cabalgata del convite, dentro de los actos del Corpus Christi. La poalà no sólo llegó para quienes reclamaron el lanzamiento de agua desde los balcones de las calles de Avellanas y Caballeros, sino que a mediodía, tras pasar la Moma, un chaparrón mojó a los asistentes.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de junio de 2010