La negociación entre Caixa Galicia y Caixanova se ha puesto cuesta arriba. Ninguna quiere dar su brazo a torcer en la venta de la red de oficinas, una de las claves para entender las dificultades del proceso. Aunque parte de las 16 comisiones negociadoras han cerrado acuerdos, otras siguen bloqueadas sin que se descarte que se vayan a celebrar reuniones el fin de semana.
La situación ha obligado a posponer al lunes o martes de la semana próxima los consejos de administración que aprobarán el borrador del plan de integración, un documento que el Banco de España quiere tener, como muy tarde el día 15. Cumplir este plazo es obligatorio para aprobar definitivamente el documento antes del 30 de junio, fecha en que termina el plazo para solicitar al fondo de rescate los 1.162 millones que serán necesarios para la fusión gallega. Según fuentes próximas a la negociación, todavía no se ha abordado cómo quedará el cuadro de mandos y tampoco se ha cerrado la composición del comité de dirección más allá de la existencia de una dirección general en manos de José Luis Pego con Javier García de Paredes como segundo ejecutivo.
Caixanova exigió el 29 de abril garantías por escrito a Caixa Galicia para que sacrificase 250 oficinas de su red externa, principalmente las de Levante. Pero ese compromiso no se cristalizó en el pacto de fusión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de junio de 2010