La actitud de los Gobiernos en relación con los mercados -¿qué es eso de los mercados y quién está detrás?- me recuerda a aquellas civilizaciones primitivas que debían ofrecer sacrificios a sus dioses, sacrificios humanos a ser posible y cuanto más sangrientos mejor, para mantener aplacada su ira. O tenías a tus dioses contentos y tranquilos o te enviaban un rayo destructor o un terremoto devastador.
Hoy, diariamente, los Gobiernos, uno tras otro, en esta que creemos desarrollada civilización, deben ofrecer sacrificios en forma de recortes y ajustes para mantener calmados a los mercados, no vaya a ser que estos nuevos dioses desaten su ira contra nosotros. Y a cada mínimo síntoma de inquietud por parte de los mercados, hay que ofrecer el correspondiente sacrificio para volver a calmarlos.
¿Qué clase de civilización o sociedad -o lo que sea- es esta en la que los Gobiernos no pueden controlar a los mercados, y son estos los que dictan y exigen lo que deben hacer los Gobiernos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de junio de 2010