La carrera para reestructurar las cajas de ahorros en España está cerca de alcanzar la meta. Caja Madrid se ha unido a la valenciana Bancaja y cinco pequeñas entidades de crédito para crear la mayor caja de ahorros del país en lo que a activos se refiere. Es la última de una serie de fusiones que ha reducido el número de cajas españolas de 45 a menos de 20. Pero como siempre, el proceso ha obedecido a motivos políticos en lugar de a la lógica financiera.
Tanto Bancaja como Caja Madrid están controladas por el Partido Popular, lo que facilita en cierta medida su unión. Caja Madrid, que preside Rodrigo Rato, ex director del Fondo Monetario Internacional, ya había perfilado una fusión con cinco pequeñas cajas, pero necesitaba un socio más grande para poder obtener capital del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) del Gobierno.
Las entidades han optado por la misma fusión "virtual" por la que se han decantado otras cajas. Hay pocos detalles, pero parece que las cajas unirán su capital e ingresos, y combinarán algunos activos, como la banca minorista fuera de sus sedes centrales. También se centralizarán las políticas de riesgos, tesorería y servicios tecnológicos.
Sin embargo, los principales negocios de banca minorista no se fusionarán, y los políticos regionales conservarán gran parte del control. Combinar los servicios centrales generará cierto ahorro de costes. Pero el acuerdo no dará los mismos beneficios que una fusión completa. Hay riesgo de ejecución.
Al menos, esta última fusión está diversificada geográficamente. Pero ni Bancaja ni Caja Madrid están fuertes, lo que en cierta medida explica por qué le pedirán 4.500 millones de euros en capital al FROB. Ambas tienen un ratio de capital core de aproximadamente el 7%, por debajo de la media del sector bancario español. Además, Bancaja tiene en su poder activos inmobiliarios que podrían resultar problemáticos (comprados a promotores inmobiliarios) por valor del 116% de su valor accionarial, según cálculos de Nomura. Los dos tienen carteras industriales importantes, con algunos valores que arrastran minusvalías.
Los fondos del FROB darán a las cajas un mayor colchón para lidiar con el difícil año que se avecina. Según Iberian Equities, el capital adicional aumentará las provisiones combinadas de los bancos hasta el 43% de los activos inmobiliarios y préstamos problemáticos, incluyendo subestándar, desde el 30% actual.
La mayoría de las cajas de ahorros de España están, por fin, reestructurándose y recapitalizándose. Pero parece el principio, no el final, del proceso. Si el paro se mantiene en una tasa por encima del 20% y el crecimiento sigue siendo mínimo, será necesaria una reestructuración más profunda, quizá con más capital estatal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de junio de 2010