Hace unos días tuvimos una huelga de trabajadores del sector público y lo primero que llama la atención es el baile, tan distinto, de cifras de seguimiento: muchísimos, según los sindicatos; poquísimos, según la Administración. Aparte de que esto es lo habitual, ya que la Administración es el único sector donde es imposible saber el seguimiento de una huelga. En comercio, por ejemplo, se sabe cuántos abren o no; otra cosa es los que lo hagan por propia voluntad o para evitar altercados con piquetes.
La mayoría de los funcionarios trabajamos a turnos, para cubrir las 24 horas del día, y además somos servicio básico, por lo que nos ponen servicios mínimos. Si tenemos en cuenta que la inmensa mayoría, por no decir todos, los que trabajamos en los hospitales de tarde y noche tuvimos servicios mínimos, otros -como la Policía o la Guardia Civil- tienen prohibido ir a la huelga, y que, al contrario de lo que se cree, en la Administración hay muchísimos trabajadores contratados que no se pueden permitir o no les interesa ir a la huelga, lo entndemos. De ahí viene el baile de cifras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de junio de 2010