Aparece exultante. No puede esconder su sonrisa. Se sabía ganador ya cuando llegó al Camp Nou minutos antes de las 10.30. Entonces pidió calma, pero añadiendo: "Honradamente, creo que tenemos muchas opciones".
Pasada la medianoche, Sandro Rosell, el nuevo presidente electo del Barcelona, el más votado en la historia del club, entra en la sala París del estadio y avisa de que aquello será una declaración institucional, que ya es muy tarde: "Soy un hombre que comenzó en este Camp Nou recogiendo pelotas y que hoy recoge el mayor honor para un culé: la presidencia del Barça".
Su Barça será un club que englobe las sensibilidades de todas partes, un Barça ganador, comprometido con el país y las causas solidarias: "Seré el presidente de todos. Quiero que todos los socios sepan que hoy también empieza para mí un compromiso. Soy consciente de la responsabilidad que asumo con estos resultados tan elevados. No os fallaré. Soy un socio más. Agradecido por vuestra confianza".
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Ahora espera a Joan Laporta, para el traspaso de poderes, que será rápido y pacífico, como así lo demostró el abrazo que se dieron ambos anoche.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de junio de 2010