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Una madre no declara contra su pareja, a la que denunció por violar a su hija

Primero lo denunció como el supuesto violador de su hija, una niña de 10 años. Pero ayer la mujer se negó ante el tribunal a declarar contra su compañero sentimental, acusado de abusos sexuales continuados a la pequeña. El agresor, Roosevelt Ramírez Caicedo, de 39 años y nacionalidad colombiana, también se acogió a su derecho constitucional de no declarar. Fuentes judiciales han confirmado que al final de la vista oral el procesado dijo: "Pido perdón por lo hecho".

El procesado se enfrenta a una pena de 15 años de cárcel por un delito continuado de agresión sexual. Alternativamente, el acusador público planteó una pena de 10 años en virtud de los artículos 180.1 y 189.2 del Código Penal que también tipifican este tipo de abuso sexual

La vista oral por estos hechos se celebró a puerta cerrada ayer en la sección 1ª de la Audiencia de Alicante. El juicio transcurrió rápido, dada la negativa de acusado y la principal testigo, su compañera, a declarar. El testimonio de la víctima, una chica de 13 años en la actualidad, no ha trascendido.

De acuerdo con el relato de los hechos del ministerio público, los abusos sexuales del procesado a la menor comenzaron en septiembre de 2007. Las agresiones se produjeron en el domicilio familiar de la pareja, una vivienda en la ciudad de Alicante donde convivían los tres. El fiscal sostiene que el acusado aprovechaba los momentos en que se quedaba a solas con la pequeña (cuando su madre iba de compras o cualquier otra gestión) para someter a la niña a prácticas sexuales.

Violación en la cama

"En esos momentos se dedicaba a tocar a la niña por debajo de la ropa, a pesar de las protestas de ella, introduciéndole luego los dedos en la vagina, para posteriormente obligarla a masturbarle y penetrarla tanto vaginal como analmente", recoge la calificación del fiscal.

El fiscal asevera que, más adelante, en concreto la noche del 1 de diciembre de 2008, el agresor abandonó la cama que compartía con su pareja y se fue a la de la niña. Allí comenzó a tocarla, luego la desnudó y, de nuevo, la penetró. "Sólo cesó cuando tras propinarle la niña un codazo para que se parase, el acusado empezó a agitarse y la cama a hacer ruido, momento en el que la madre se despertó", señala el fiscal. La mujer denunció entonces los hechos, que ayer no ratificó.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de junio de 2010