"Aquí todos tenemos responsabilidades, pero unos más que otros, y no me parece positivo para el BNG de cara a las elecciones municipales lo que está pasando". Así de contundente se expresó ayer el actual portavoz del BNG en el Ayuntamiento de Lugo, Xosé Anxo Laxe, sobre la imposición de la UPG en las asambleas locales para decidir los primeros lugares de las listas con las que el partido concurrirá a los comicios de 2011.
Los siete primeros puestos de Lugo los ocupan militantes o afines a la UPG, en tanto que la corriente Máis Galiza, a la que pertenece Laxe, se queda sin ningún representante. La asamblea celebrada el sábado en Lugo reflejó la división que existe en la organización, ya que un 30% de la militancia no otorgó su aprobación a la lista, un porcentaje que Laxe considera "nada despreciable". "Es, posiblemente, la primera vez que la UPG presenta una candidatura únicamente con militantes e independientes afines a esa línea política", agregó.
Laxe admite que el BNG "no vive su mejor momento" y, citando otros casos como el de Ourense, censura que no se hayan logrado listas de integración entre la UPG, Máis Galiza y Encontro Irmandiño: "En muchos de esos casos [la UPG] decidió no integrar a nadie, y me parece que ese no es el camino más adecuado". El portavoz del Bloque en Lugo cree que las municipales serán una prueba de fuego para la UPG. "Es evidente que quien se examina es el BNG, pero, sobre todo, las personas que conforman esa candidatura y quien la encabeza", subrayó Laxe.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de junio de 2010