Estoy cansado de escuchar últimamente a políticos de todo signo descartar determinados recortes porque, según indican, no suponen un verdadero ahorro. Eliminar ministerios sin competencias ahorra poco, quitar una de las tres vicepresidencias que tenemos no supone mucho dinero, acabar con las diputaciones tampoco... Cuando nos tenemos que apretar el cinturón, sabemos que muchos pocos hacen un mucho.
El que lo está pasando mal sabe que dejar de tomar un café en el bar le supone solo un euro de ahorro, o que sin fumarse ese cigarrito después de comer apenas consigue unos céntimos. Pero lo hace. Así que déjense de retórica y hagan un verdadero plan de ajuste para cada ministerio, departamento, consejería... y verán como muchos pocos hacen un mucho. Y ya que se ponen, traten de acabar con el fraude fiscal, que al final pagamos siempre los mismos ingenuos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de junio de 2010