290 trabajadores de la factoría de Airbus en El Puerto de Santa María (Cádiz) estaban pendientes ayer del encuentro entre la dirección de la empresa aeronáutica y los sindicatos. La cita se producía después de que haya trascendido la voluntad de la compañía de declarar esta fábrica centro de coste autónomo, por lo que sus operarios temen quedar desvinculados del consorcio europeo.
La reunión no sirvió para aclarar su inminente futuro pero sí para darles un mes más de plazo. En julio la compañía concretará su carga de trabajo para todos sus centros. Lo que sí dejaron claro los responsables de la empresa es que existen "dificultades" para los proyectos militares y podrían verse más perjudicados si se concretan los recortes presupuestarios en defensa anunciados por los países europeos que conforman la sociedad: España, Reino Unido, Francia y Alemania.
Los operarios de la fábrica portuense llevan varios meses alertando de los intentos de Airbus de deshacerse de esta instalación, conocida como CBC (Centro Bahía de Cádiz). La compañía ya ha dado varias señales de que la factoría ha dejado de ser prioritaria para sus intereses y los sindicatos creen que existe un intento de venta, que todavía no ha cuajado. Por eso, los trabajadores han organizado ya varias protestas, entre ellas, un encierro. Las movilizaciones han quedado aparcadas. Primero para escuchar lo que tenía que decir la dirección ayer y ahora hasta que no haya un nuevo encuentro en julio.
En el próximo mes Airbus convocará, de nuevo, al comité interempresas para concretar las cargas de trabajo y aclarar el futuro del CBC. "Todavía no hay ninguna decisión tomada pero en todo caso la dirección nos ha garantizado que los trabajadores serán los primeros en conocer su futuro", explicó ayer a la salida del encuentro, José Alcázar, presidente del comité. La respuesta ha convencido a medias. Al menos, no ha llegado la confirmación temida de que la empresa quiere deshacerse de su fábrica en el Puerto. "Nos han dicho que no se hará nada sin el acuerdo con los sindicatos", añadió Alcázar.
A finales de julio la empresa dice estar en disposición de dar cuenta de la reprogramación de sus cargas de trabajo en función de los recortes que cada país haga de sus programas militares. Algunos ya presentan complicaciones. Entre sus proyectos, está el A-400M, del que dependen las factorías de Sevilla y El Puerto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de junio de 2010