Una docena de intervenciones, todas en el mismo sentido de reconocimiento y respaldo a la figura, la trayectoria y la permanencia en su cargo del presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren, hicieron ayer de la reunión de la comisión ejecutiva del PSE-EE un encuentro monográfico y de auténtico cierre de filas. Incluso se produjo alguna reflexión autocrítica por la aspereza de algunas desautorizaciones domésticas, según asistentes a la cita.
El encuentro, de dos horas de duración, no entró, sin embargo, en el fondo de la cuestión, la mejor garantía de evitar el choque de opiniones y posiciones diferentes. Los ataques a Eguiguren desde el exterior y, en particular, la exigencia de su cese por la secretaria general del PP, María Dolores Cospedal, ha brindado al PSE-EE una rápida y socorrida vía de cierre al conflicto. Algunos añaden además que el inesperado intercambio que mantuvo en la cadena SER con el ministro de Interior, ha fortalecido a Eguiguren.
El propio Eguiguren había hecho ya frente en solitario a la hostilidad del PP para negarse a aceptar que ese partido ponga "un bozal" a los socialistas vascos y, en particular, a él. Su historia de 30 años amenazado por defender sus ideas socialistas le confieren toda la autoridad para hacerlo y lo saben él y los suyos. Si la amenaza de ETA no le ha callado en todo ese tiempo no va a hacerlo ahora la presión de los populares, es el mensaje.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de junio de 2010