Los mensajes de la Xunta y los trabajadores empiezan a dejar ver que Factoría Naval de Marín tiene difícil remedio. El conselleiro de Economía, Javier Guerra, lanzó ayer un guante a los proveedores asegurando que los apoyará si el astillero no levanta la suspensión de pagos. Un mal síntoma para las 350 empresas atrapadas con una deuda de 56 millones de euros. Aunque confía en que salga adelante, Guerra deslizó que los proveedores podrían acabar siendo beneficiados por las ayudas que en un principio iban destinadas a resolver la crisis de Factoría Naval. "Estamos estudiando cómo", expuso el conselleiro a Europa Press, para después reconocer su enfado con la dirección del astillero, que ni siquiera quiso comunicar a la Xunta el contenido de su último consejo.
El comité de empresa, cuyas nóminas de junio están en el aire, se reúne mañana, aunque Tomás Lorenzo, el responsable de la federación del metal de CC OO (único sindicato presente en el comité), ya duda de si valdrá la pena movilizarse.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de junio de 2010