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AL CIERRE

Carta al adolescente confundido

Querido adolescente confundido: algunos consejos prácticos. Si tu confusión es sexual y realmente oscura, es decir, si te has dado cuenta de que te atraen más los niñitos imberbes y las niñitas premenstruales que las quinceañeras o los quinceañeros explosivos, mi consejo es que entres urgentemente en un seminario católico, apostólico y romano. Seamos prácticos: si eres sacerdote, tienes muchísimas menos probabilidades de ir a la cárcel por pederastia que si eres mecánico o profesor de educación física. Así que valor y al toro: la Iglesia te espera con las puertas abiertas, ávida de vocaciones en nuestra época cada vez más falta de fe. Pero si tu confusión es de otra índole, si tiene que ver con la honestidad, es decir, si tiendes a la mentira, al chanchullo, a la estafa, y desde pequeño has sabido librarte de castigos merecidos, más que meterte a político (segunda opción), te recomendaría que te fijaras como meta la dirección de una compañía aérea.

El último comunicado oficial de Air Madrid está congelado desde el 15 de diciembre de 2006 y, que yo sepa, José Luis Carrillo hace su vida sin que nadie le moleste. Fíjate que Gerardo Díaz Ferraz sigue al frente de la CEOE pese a los miles de afectados por el cierre de Air Comet. Cualquier sinvergüenza puede abrir una aerolínea y cerrarla, quedándose con el dinero de unos clientes que, tras pasar algunas noches en el aeropuerto, ni volaron ni tienen demasiadas esperanzas de ser indemnizados. Ánimo, es un camino de rosas. No te cortes: ni Carrillo ni Díaz Ferraz ("Yo no habría elegido Air Comet para volar a ningún sitio") se cortaron ni un pelo. Pero si, finalmente, tu confusión es más grave, profundísima y sin retorno, si tiendes al asesinato y sueñas con atentados terroristas y masacres, todavía estás a tiempo de convertirte al islamismo o al judaísmo y emigrar a Israel. En un bando u otro, encontrarás la forma de encaminar tu realización personal. Mucha suerte. Sea cual sea tu vía, no dejes de escribirme cuando hayas alcanzado tus sueños, tras deshacerte de esta incómoda confusión.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de junio de 2010