Carolina de Mónaco lleva ya un año separada de su esposo, Ernesto de Hanover, aunque de momento no han iniciado los trámites de divorcio. La princesa, que ha vuelto a residir en Montecarlo con sus hijos, asistió ayer, acompañada de sus dos perros de raza teckel, a presenciar la actuación de su hija Carlota en el Gran Premio de Hípica que se celebra en el Principado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de junio de 2010