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CARTAS AL DIRECTOR

Leña al empleado, que es de trapo

Los "cotizantes" a la Seguridad Social del mes de mayo, excluyendo a los empleados públicos (2.700.000) éramos 15.061.897, el 30% de ese empleo tiene carácter temporal o precario, lo que afecta a 4.518.569 trabajadores. En el régimen especial agrario cotizan 820.539, y como empleadas/os de hogar 297.108, casi todos estos trabajadores querrían ingresar al mercado de trabajo formalizado y cotizar a la Seguridad Social en igualdad de condiciones. Sabemos que los inscritos como parados en el servicio público de empleo son 4.066.202. Sumando, son 9.697.415, el 64,38%, los trabajadores en activo que están a disposición absoluta de los empleadores, a los que habría que sumar los trabajadores autónomos (3.142.035), porque un buen número de ellos son dependientes de un solo empleador, y otros están tan en precario que dejarían su situación a la menor oportunidad de empleo por cuenta ajena.

A pesar de todo se afirma que "la reforma del mercado laboral resulta ineludible" y "las condiciones laborales y retributivas han de ajustarse con más flexibilidad a la situación económica" (MAFO, gobernador del Banco de España) y se recalca que "la situación requiere una reforma laboral y una moderación de los salarios" porque "el sistema de protección español es excesivamente oneroso para los empresarios" (Trichet, gobernador del Banco Central Europeo). Ambas autoridades monetarias con incapacidad manifiesta para prever y atajar las crisis económicas.

De tanto repetirlas, aquellas palabras se han convertido en artículos de fe; nos han convencido de que el acceso al mercado de trabajo se haga a través de empresas intermediarias, se abaratará el despido y se rebajará la protección social por lo que se acelerará la rotación y mejorará la selección de los más capaces, los trabajadores seremos productos perecederos disponibles en el almacén del paro. El sistema alcanzará mayor grado de competitividad, será menos vulnerable a la competencia exterior, y el que no trabaje es porque no se lo merece. ¡Han dicho.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de junio de 2010