La internacionalización de las compañías es la alternativa para salir de la crisis. Así lo han puesto de manifiesto los responsables de las grandes corporaciones españolas, que se han reunido esta semana en Madrid en el foro internacional que anualmente organizan en diferentes lugares del mundo los antiguos alumnos de la Wharton School, la escuela de negocios más antigua del mundo, fundada en 1881, según explicó Sebastián Escarrer, vicepresidente de Sol Meliá y presidente del comité organizador, quien reclamó a las autoridades políticas españolas un pacto educativo como primera premisa para mejorar la productividad y competitividad de la economía. "Se han hecho reformas no prioritarias", dijo en referencia al Plan E, y también "reformas impuestas desde el exterior". "Si no acometemos rápido la reforma educativa, tardaremos décadas en recuperarnos", afirmó.
Con 4.700 alumnos y cinco sedes, el decano de Wharton, Thomas S. Robertson, mantiene: "Tenemos que ser globales. Ese es el desafío. Saber cómo llegar a otros países con más sedes". Robertson aumió la parte de la responsabilidad que corresponde a su institución por haber formado a algunos de los ejecutivos que nos han llevado a la crisis y aseguró que reforzarán sus enseñanzas de ética y RSC y se centrarán más en la gestión de la ambigüedad y la incertidumbre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de junio de 2010