Hokman Joma, ciudadano kurdo de 27 años que lanzó un zapato al primer ministro Recep Tayyip Erdogan el pasado febrero en Sevilla, pidió ayer al juez que no le expulse a Siria tal y como pide la fiscalía, ya que le supondría "la muerte". Joma lleva cinco meses en prisión pese a que el zapatazo no alcanzó a Erdogan.
El fiscal reiteró en la vista oral la petición de tres años y ocho meses de cárcel por un delito de atentado contra la autoridad y otro de resistencia grave, aunque plantea que sea sustituida por su repatriación a Siria. "La expulsión significaría la tortura y la pena de muerte de Joma en un país como Siria, que da el peor tratamiento al pueblo kurdo, tal y como reflejan informes de Naciones Unidas", explicó su abogado, Luis Ocaña, que pidió su absolución. Joma alegó que no quiso herir a Erdogan, sino reclamar respeto a los derechos humanos de los kurdos en Turquía. El juicio quedó ayer visto para sentencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de junio de 2010