Unos mil trabajadores de Metro ondeaban banderas en la puerta de la sede de la Comunida. "El día 29 Madrid se va a apagar", gritaban. Turistas japoneses se retrataban junto a ellos y una visitante noruega, a modo de souvenir, compraba un ejemplar de un periódico marxista. "¿Qué ocurre?", preguntaba la mujer a un sindicalista con gorra. "Mañana vamos a hacer un paro salvaje en el suburbano. No van a salir apenas trenes", aventuraba. "El que trabaje mañana será un traidor", gritaba otro empleado. Visiblemente alterado, Ignacio Llana, coordinador de las protestas, dijo que ya no existe "posibilidad de rectificar" y que la dirección les estaba intentando tomar el pelo. "Vamos a colapsar esta ciudad", dijo sin atisbo de duda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de junio de 2010