¿Hemos de reinventar o solo releer a Keynes? Estamos en un escenario nuevo: la globalización. Muchos de los valores keynesianos se mantienen intactos y están reflejados en la Carta de los Derechos Humanos.
Creo que las perspectivas globales nos obligan a repensar el Estado de bienestar, pero no a arriesgarnos a perderlo. Una nueva conciencia recorre el mundo globalizado: el desarrollo debe ser sostenible y equilibrado. Esto supone promover de forma prioritaria energías alternativas: por poner un ejemplo: el desarrollismo de los sesenta tuvo como símbolo el seiscientos, el nuevo desarrollo puede estar basado en modelos de transporte ecológicos y alternativos: coches eléctricos podrían ser el nuevo seiscientos de los años venideros.
A diferencia de los años treinta, entre la sociedad actual existe la voluntad de unificar criterios que ha caracterizado la segunda mitad del siglo XX, aunque no siempre se logren acuerdos.
De las crisis se puede salir creciendo; pueden salir nuevas teorías, nuevas actitudes personales y colectivas, nuevas experiencias, nuevas prácticas. Esperemos que nuestra sociedad esté a la altura de este reto, como lo estuvo John Maynard Keynes en su tiempo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de julio de 2010