La última mujer de Camilo José Cela, Marina Castaño, y el conselleiro de Cultura, Roberto Varela, escenificaron ayer la firma del acuerdo por el que la Xunta tomará el control de la Fundación Cela, reconvertida en entidad pública, aunque la viuda del Nobel seguirá ostentando el cargo de presidenta honorífica. A partir de ahora, la Administración gallega emprenderá el saneamiento de las cuentas de esta institución llevada a la quiebra en los últimos años, siendo presidenta Castaño y gerente Tomás Cavanna. Aunque lo más valioso del legado de Cela será llevado a la Cidade da Cultura, en Santiago, después de que los vecinos de Padrón mostrasen su rotundo rechazo al traslado, ayer la Xunta insistió en que "se potenciará la sede de Iria Flavia".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de julio de 2010