"No miro las estadísticas históricas. España no sabe lo que es ganar una final de la Copa del Mundo. Holanda, tampoco", declaró ayer Bert van Marwijk, el seleccionador oranje, cuando se le planteó que su equipo parte con cierta ventaja porque cuenta con la experiencia de haber disputado antes dos finales, si bien las perdió: contra la República Federal de Alemania en 1974 y Argentina en 1978. En ese sentido, apostilló además que no se plantea que el fútbol esté en deuda con su país y que la cita del domingo no la ve como una revancha. "Jugaremos por Holanda en sí misma", enfatizó; "no para tomarnos desquite alguno".
"Los españoles merecieron vencer a los alemanes", apuntó Van Marwijk, "pero no vi ningún detalle por el que tengamos que tenerles miedo. Respeto, sí; temor, no". "Nosotros trataremos de hacer nuestro propio fútbol. El reto es que no nos suceda como les sucedió a los germanos, a los que casi no les dejaron jugar". Cuando se le recordó que Joachim Löw, el técnico de Alemania, da a España como clara favorita, fue lacónico: "No me interesa lo que diga".
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Tampoco quiso entrar Van Marwijk en comparación alguna con otros grandes seleccionadores holandeses, como Rinus Michels: "No soy la clase de persona que piensa en sí mismo ante un partido así. Solo lo enfoco, eso sí, como el más importante de mi vida hasta ahora".
Con 14 victorias consecutivas, seis de ellas en esta fase final y una, en concreto, contra Brasil, Van Marwijk considera que su equipo todavía puede "mejorar". "Hemos tenido fases de muy buen fútbol, pero también otras en las que incurrimos en descuidos", subrayó.
A su vez, el centrocampista Sneijder, ex jugador del Madrid y ahora campeón europeo con el Inter, comentó: "Cuando tengamos el balón nosotros, habrá que demostrar audacia y coraje. Tendremos que ser rápidos y profundos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de julio de 2010