La humana raíz de la existencia

Poesía. La escritura de Jenaro Talens (Tarifa, Cádiz, 1946) alcanza casi el medio siglo. Lejos de estéticas colectivas y opuesta a la "poesía confesional", reclama un lector capaz de encontrar sentido propio a palabras que, en su cotidianeidad, dan cuenta de la resistencia de las cosas. El sentido es del poema, de un yo que es un punto de vista, espacio plural y paradójico surgido en "esa oquedad que asume mis contradicciones: / todo cuanto sus versos han escrito de mí". Un yo ensayándose en el mundo. Nada de poesía intelectual o difícil. Nada más falso que la asimilación del yo del poema al yo biográfico del autor: "No / soy quien se esconde en lo que me sucede: / leed la oscuridad que anida entre mis versos, / ese espejo que miente". Es ese no hablar de mí sino desde mí, su diálogo en la distancia, el monólogo de una exterioridad compartida, un no-lugar de voces ancladas en un mundo real y concreto, lleno de imágenes y paisajes, de calles, jardines y supermercados, de cuerpos y deseo: "renuncié a lo absoluto para buscar lo humano". La existencia pura: "Sé que la luz existe porque fluye". Somos cuerpos con ideas y afectos, la soledad de un cuerpo fragmentario que se ensaya en otros cuerpos: "No hay más tinta que el cuerpo". Antonio Méndez Rubio, editor y autor del excepcional prólogo a esta aguda e inteligente mirada de lector a la desafiante singularidad de Talens, consigue con esta antología un libro nuevo, un recuento itinerante por ámbitos fundamentales de un quiebro poético privilegiado, revelando sus vínculos de unión, a la vez que la evolución y cambios de tono de una poesía que es "piedra de luz en el arcén del día". Atraídos y asombrados, como decía Barthes, lo humano es resistir, es decir, volver a empezar.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de julio de 2010